La Sierra de Grazalema fue la primera Reserva de la Biosfera declarada como tal en el territorio español en enero del 1977. El Parque Natural ocupa una extensión de más de cincuenta y tres mil hectáreas, repartiéndose entre las provincias de Cádiz y Málaga.
En la provincia Gaditana ocupa una superficie de 36.600 hectáreas pertenecientes a diferentes municipios que se agrupan en la comarca de la Sierra de Cádiz: Algodonales, Benaocaz, El Bosque, El Gastor, Grazalema, Prado del Rey, Ubrique, Villaluenga del Rosario y Zahara de la Sierra.
Mientras que en la provincia Malagueña ocupa las 15.094 restantes hectáreas de los municipios que se integran en la Serranía deRonda: Benaoján, Cortes de la Frontera, Jimera de Libar, Ronda y Montejaque.
El clima
El clima en la Sierra de Grazalema está determinado por la altura y la proximidad al Mar Mediterráneo y al Océano Atlántico. La media anual de pluviosidad de la Sierra de Grazalema es de 2.200 l/m2. Durante el invierno los vientos del Poniente arrastran las masas de aire húmedo, cargadas de vapor de agua, desde el Océano Atlántico, adentrarse en la Sierra de Grazalema por el “Corredor de Boyar” y produciendo intensas y abundantes precipitaciones.
Las temperaturas presentan, durante el invierno y motivadas por su cercanía al mar, una media no inferior a los 9ºC. Durante el verano el viento predominante es del levante procedente del Este y del Mar Mediterráneo, con escasa pluviometría, lo que motiva que los veranos suelan ser calurosos, con unas temperaturas medias máximas alrededor de los 26ºC.
Las cumbres
La Sierra de Grazalema forma parte de la Cordillera Bética que recorre todo el territorio andaluz. Las Sierras del Pinar, Zafalgar, Hinojar, Margarita, Labradillo y de Albarracín pertenecen a la parte más oriental de la Subbética; mientras que la Depresión del Boyar sirve de límite y constituye la línea de separación con las Sierras del Endrinal, Peralto, de las Viñas, de Ubrique, de los Pinos, de Libar y Mojón Alto, de Montalate, Blanquilla, del Palo y de Benaoján junto a los picos de las sierras de la zona sur del Parque que pertenecen a la parte al Penibético.
La fauna del Parque Natural
La fauna del Parque Natural es muy rica en variedad, los animales más abundantes son las aves, le siguen los mamíferos y en menos medida los anfibios, los reptiles y los peces.
La especie más representativa en el Parque corresponde al buitre leonado (Gyps fulvus), entra las más grandes que nidifican y sobrevuelan en la Península Ibérica. Sus vuelos son espectaculares principalmente en época de apareamiento, entre los meses de diciembre y febrero.
Muchas de las especies que los integran se encuentran catalogadas con diferentes medidas de protección tanto en la legislación andaluza, como nacional e internacional.
Entre los herbívoros destaca la presencia de la cabra montesa (Capra pyrenaica hispanica), ciervos (Cervus alaphus) y corzos (Capreolus capreolus). Entre los carnívoros sobresale por su abundancia el zorro (Culpes vulpes), además de la gineta (Genetta genetta) y el meloncillo (Herpestes ichneumon). Entre los mustélidos destaca la comadreja (Mustela nivalis), la nutria (Lutra lutra) y el hurón (Putorius putorius).
Un papel muy importante en la cadena alimenticia (trófica) son los anfibios y reptiles, que se encuentran muy representados dentro del Parque Natural. Entre los anfibios sobresalen la salamandra común (Salamandra salamandra), el sapillo pintojo mediterráneo (Discogiosus pictus) y el sapo común (Bufo bufo).
Mientras de los reptiles destacan la culebra de escalera (Elaphe acalaris), culebra de herradura (Coluber hippocrepis), lagartija colilarga (Psammodromus algirus), lagarto ocelado (Lacerta lepida) y la víbora hocicuda (Vipera latasti).
En cuanto a los peces destaca la presencia del barbo (Barbus barbus) y la trucha común (Salmo trutta).
La Micología
La Micología es abundante y variada por la abundancia de precipitaciones y por las temperaturas suaves, unido todo ello a las condiciones y composición geológica de sus suelos
Dependiendo de la zona donde nos encontremos, podemos localizar diferentes especies micológicas, principalmente asociadas al tipo de vegetación y suelos.
En los pinsapares:
- Gyromitra esculenta (Boneta o Falsa Colmenilla). TÓXICA, puede ser mortal al comerla en crudo.
- Morchella esculenta (Cagarria o Colmenilla). Buena calidad Gastronómica. Exquisitas una vez desecadas y rehidratadas antes de cocinarlas.
- Triholoma terreum (Negrilla o Oreja de Ratón). Muy frágil y efímera. Buena calidad Gastronómica.
En los encinares:
- Boletus satanas (Boleto de Satanás). TÓXICA.
- Fomes fomentarius (Casco de Caballo). Sin interés Gastronómico. Usado antiguamente para encender fuego por sus propiedades inflamables.
En los robledales:
- Amanita phalloides (Amanita). TÓXICA, puede llegar a ser mortal.
- Boletus edulis (Boleto). Es el Boletus de mayor tamaño y peso. Buena Calidad Gastronómica.
- Clavariadelphus pistillaris (Chivatas o As de Bastos). Sin interés Gastronómico, debido a su fuerte sabor amargo.
- Ramaria aurea (Cresta de Gallo o Manitas). Calidad Media Gastronómica y puede ser tóxica si se come en crudo sin cocinar.
En los pinares:
- Lactarius deliciosus (Níscalo). Buena Calidad Gastronómica. Muy apreciada por los recolectores es la más conocida y recolectada del Parque Natural.
En el alcornocal:
- Amanita caesarea (Yema de Huevo o Amanita de los Césares). Es uno de los hongos con mayor calidad culinaria, es conocido desde los romanos por su buena Calidad Gastronómica. Se puede comer cruda en exquisitas ensaladas.
- Amanita muscaria (Seta de los Enanitos). TOXICA
- Cantharellus cibarius (Rebozuelo o Chantarela). Conocida mundialmente por su buena Calidad Gastronómica.
- Macrolepiota procera (Parasol o Matacandil). Buena Calidad Gastronómica.
En las praderas y pastizales:
- Agaricus campestris (Josefita o Champiñón silvestre). Buena Calidad Gastronómica. Se pueden comer crudas en ensaladas.
- Pleutorus eryngii (Seta de Cardo). Buena Calidad Gastronómica.
Los ríos
Los ríos del Parque Natural de la Sierra de Grazalema vierten sus aguas en tanto en el Océano Atlántico como en el Mar Mediterráneo. Así los de la zona norte y suroccidental del Parque vierten sus aguas en el río Guadalete, y tras numerosos embalses y pantanos, vierte sus aguas en las cercanías de El Puerto de Santa María, en el Océano Atlántico; mientras que los de la zona suroriental vierten sus aguas al río Guadiaro para desembocar en el Mar Mediterráneo en San Roque.
Los ríos presentan gran cantidad de aguas durante la época de lluvias y en contrapunto, durante el verano, suelen estar completamente secos.
El río Guadiaro en su camino hacia su desembocadura en el Mar Mediterráneo, toma aguas el río Guadares o Campobuche que delimita el territorio de Tambor del Llano por el sur y por el este.
El Río Guadares o Cambobucha recoge las aguas de la vertiente noreste de la Sierra del Endrinal y de la vertiente noroeste de la Sierra Peralto, donde tiene su nacimiento en las cercanías de Las Covezuleas, posteriormente recibe agua de numerosos arroyos que descienden, hacia el noreste, desde los Llanos del Republicano. Antes de alcanzar la presa malograda del Hundidero recibe aun las aguas de los barrancos que descienden de la Sierra de Montalate y de la vertiente noroeste de Hacho, hasta llegar a la base del Cerro Tavizna donde se interna en la tierra a través de la Cueva del Hundidero, y transita por el interior de la Sierra para volver a resurgir por la Cueva del Gato, tras un recorrido subterráneo aproximado de 4 kilómetros, antes de verter sus aguas al Guadiaro. Continua recibiendo agua de los pequeños arroyos que descienden bruscamente de las caras surestes de las Sierras de Benaoján, del Palo y de Sierra Blanquilla hasta llegar a la pedanía de La Cañada del Real Tesoro donde vierte sus aguas el Arroyo Hondo que agrupa las aguas de la vertiente sureste de la Sierra de los Pinos y del Cerro del Espino. Continúa descendiendo pasando por la Presa Central de Buitreras, y donde sirve de límite al Parque Natural y recibe las últimas aguas del Parque Natural por el Arroyo de la Garganta de la Pulga que recoge las aguas de la vertiente sur del Cerro del Rubio, de la oeste de la Sierra del Pinar y de la este del Peñón del Berrueco.
El río Guadalete nace en el Puerto del Boyar, recibir las aguas del Arroyo del Gaidovar. del Arroyo del Águila antes de alcanzar el Embalse de Zahara-El Gastor, por el que continua su camino hacia su desembocadura, sirviendo de límite del Parque Natural durante unos metros tras el desagüe de la presa. También vierte aguas al Embalse el Arroyo de Higueroba,
El río Majaceite o Guadalcacín es el principal afluente del Guadalete, uniéndose a éste en las cercanías de Arcos de la Frontera.
El río de El Bosque nace en un manantial situado junto a Benamahoma, recogiendo las aguas del Arroyo de la Breña de Agua,
El río Tavizna, que recorre la denominada Depresión del Boyar, recibe su nombre tras la unión del Arroyo de la Garganta del Boyar con el Arroyo del Pajarillo
El río de Ubrique toma su aguas de los barrancos cercanos a Benaocaz y de los barrancos que descienden de la vertiente sureste de Sierra Alta. Su principal afluente es el Arroyo Garganta de Barrida
En los límites del Parque Natural se encuentra el Arroyo de Garganta del Marroquí que agrupa las aguas de la vertiente noreste del Puerto Mojón de la Víbora.
Pinsapos, encinas y alcornoques
El Parque Natural de La Sierra de Grazalema presenta una gran diversidad vegetal. El Pinsapo (Abies pinsapo) es la especie más importante en este entorno ya que se trata de un endemismo, descendiente de los abetos del Terciario que sobrevivieron a los cambios climáticos del Cuaternario y que, de forma relictiva, encontramos en este entorno y en la Sierra de las Nieves y en la Sierra Bermeja.
Otros ejemplares parecidos encontramos en las montañas que forman la Cordillera del Rif, en el norte de África, dentro del Parque Nacional de Talassemtane.
Los mejores ejemplares de Pinsapos los encontraremos en la Sierra del Pinar y que nos ocuparemos en una ruta para visitarlos, encontrándose en una Área de Reserva por lo que deberemos de pedir la correspondiente autorización para realizarla.
Además del Pinsapar, a lo largo del Parque Natural, encontremos otras especies con sus correspondientes sotobosques:
El Encinar (Quercus ilex) es la mayor formación vegetal de todo el Parque Natural. Acompañando a éste y dependiendo del terreno donde se ubiquen encontraremos aulagas (Ulex sp), jaras blancas (Cistus albidus), lentiscos (Pistacia lenticus), majuelos (Crataegus monogyna) o matagallos (Phlomis purpurea).
En las zonas donde hay suelos ácidos y gracias al afloramiento de areniscas encontramos Alcornocales (Quercus suber) que se encuentran acompañados por brezos (Erica sp.pl.), jara morisca (Cistus salvidus), jara pringosa (Cistus ladanifer), helecho común (Pteridium aquilinum) o mirtos (Myrtus comunis).
En las zonas más umbrías y frías del Parque Natural, en las caras norte más elevadas de las Sierras y en los fondo de los valles y vaguadas, y diseminados entre encinas y alcornoques, encontraremos Quejigos (Quercus faginea) que suelen estar acompañados por durillos (Viburnum tinus) y madroños (Arbutus unedo).
Tras los encinares, el segundo ecosistema más representativo en el Parque es el Acebuche (Olea europea) situados en zonas bajas y arcillosas. Suelen ir acompañados de algarrobos (Ceratonia siliqua), esparragueras (Asparagus sp.pl.), gamones (Asphodellus sp.pl.), lentiscos (Pistacia lentiscus) o palmitos (Chamaerops humillis).
Junto a los arroyos y ríos, en zonas bajas, encontramos numerosas especies como adelfas (Nerium oleander), chopos (Populus nigra), fresnos (Fraxinus angustifolia), olmos (Ulmus minor) y sauces (Salix sp.pl.).
Además de muchas de estas especies encontraremos ejemplares de extraordinaria belleza, repartidos por todo el Parque Natural, catalogados como Árboles o Arboledas Singulares de Andalucía,
En las zonas más elevadas y soleadas y muchas veces entre las rocas encontraremos el cojín de monja (Erynacea anthilis), enebro (Junipeus oxycedrus) o piorno (Bupleurum spinosum),
En el Parque Natural hay también una gran variedad florística aquí se encuentran una cuarta parte de las especies descritas en la Península y algo más de la mitad de todas las especies descritas en Andalucía. Cuenta además con diferentes endemismos entre los que destaca la amapola de Grazalema (Papaver rupitagrum) que se puede ver en la Sierra de los Pinos, del Endrinal y la Sierra de Ubrique. Florece durante los meses estivales y nos llamará la atención por el color naranja de sus pétalos.